yo... la peor de todas: Inutilísima

Ustedes saben que una chica Utilísima, no sólo sabe cocinar, tejer, decorar, etc, sino que además maneja el tema de Fen Shui , las velas, las sales de baño y las demás cuestiones esotéricas que competen al hogar. Pues bien, en esta última materia también volví a fallar.
Resulta que el año pasado alguien se olvidó en el cyber un código civil. Pasó el tiempo y como nadie lo reclamó nos planteamos qué hacer con él. Como al lado nuestro hay una librería que también maneja libros usados, fui a ver que negocio hacía. Mi marido, muy orgulloso de su esposa bibliotecaría, casi licenciada en letras y demás, me dijo: "Canjealo por otros libros que nos interesen y nos sean de utilidad: CONFIO EN VOS AMOR". Y bueno, me dieron por él unos $50 (argentinos), que yo decidí cambiar por libros como habíamos pactado. Revisé toda la librería y volví feliz y orgullosa de mi compra a mi amado hogar.
Dieguito exitadísimo (porque le encantan los libros), me decía "Yyyyyyyy? Mostrame!!!". Yo tímidamente saqué de la bolsa el botín literario, compuesto por 4 libros, a saber: una novela de Leopoldo Marechal, "El banquete de Severo Arcángelo" (mi marido puso cara de "Bárbaro!!!")... un libro de investigación sobre la cultura gay en Argentina (mi marido lo tomó entre sus manos y dijo "que interesante!!!")... uno sobre como combatir el insomnio, edición de Buena Salud (Diego dijo "genial, lo voy a leer"). Hasta ahí su cara era de : "estoy orgulloso de tener una mujer bibliotecaria... con tan buen criterio... tan inteligente".... hasta que llegó a sus manos el último: AUTODEFENSA PSIQUICA PRACTICA PARA EL HOGAR Y EL TRABAJO. Literalmente les digo, se me cagó de risa en la cara. Empezó por desacreditar al autor, un tipo con cara de chino según mi criterio, que resultó ser filipino, y al que Diego calificó de "chanta". Concretamente, lo calificó como mala compra y eso una mina como yo, idónea a la hora de los libros no se lo banca. Esta bien que los dibujitos del libro eran medio mamarrachos de chicos, y daban para reirse un rato, pero de ahi a tirar por el suelo la solvencia prefesional del chino como así también la mía, me parecío un despropósito. Y saben lo peor, al final, y siguiendo las instrucciones del libro, mi maridito me mandó a comprar un cáctus, al que hasta nombre le puso y cuida más que a un bebé. De no creer.

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