yo... la peor de todas

miércoles, septiembre 21, 2005

Los chicos crecen...

Hace un tiempo presenté el blog de mi hermanito Fede, pero debido a varios inconvenientes técnicos con su máquina y a sus múltiples ocupaciones lo dejó un poco abandonado. El otro día encontré un par de post nuevos en su blog y realmente pude ver lo grande que está y como esa particular personalidad que se asomaba en la niñez hoy está en pleno florecimiento. Él fue (y es para mí) como una especie de experimento donde podía, y puedo ver, como se forja una personalidad desde bebé, compartiendo con él muchas horas todos los días durante varios años, sin las exigencias de ser su madre o su padre (que por cierto los tiene y son excelentes personas) sino sólo disfrutándolo... sus primeras palabras, su precocidad para tener ràpidamente un vocabulario muy rico, su inteligencia más que manifiesta, su sensibilidad, su amor a los animales, sus valores y su ética, aún siendo una criatura de pocos años.
Entre él y yo se dio un fenómeno de mimetización inmediato, y ahora que está tan grande me doy cuenta cuan parecidos somos. Esto que le pasa a él, ser tan autoexigente, ser tan sensible, ser tan frontal, lo he vivido y lo vivo en carne en carne propia. Si a eso le sumamos la adolescencia y el descubrimiento personal de alguien de 15 años, se te hace un cóctel fatal.
Una vez su madre me dijo que si ella no estuviera tan segura de que lo ha parido, creería que es hijo mío. Me acuerdo cuando descubrí que al igual que yo somatizaba al estómago y así, cuando le dolía la panza yo ya sabía que algo le había pasado, entonces me lo traía temprano de la escuela y le hacía la terapia psicológica, que justamente consistía (digo justamente, porque así tituló él a su último post) en “intentar ver las cosas de una manera diferente”. Hoy por hoy sigo aplicando con él la misma técnica. Y por eso me dio tanta alegría leer su post y ver que lo que habíamos hablado por tel el otro día le había vuelto a servir.
Realmente me sigue pasando con él ( y en ese punto puedo entender el sentimiento de un padre) que me llena de orgullo y admiración seguir descubriéndolo (como él se sorprende y descubre “día a día”), y no hablo sólo de sus condiciones intelectuales .Te acordás Steinberg cuanto disfrutábamos llevarlo a pasear y sentarnos con él en un Mc a charlar como si él fuera un adulto más (o nosotras unas niñas!!) y hablar de libros, por ejemplo? (hacíamos lectura grupal en voz alta, con Fede y mi hermana Marcela, entonces uno de los primeros libros en los que Fede practicó fue “La metamorfosis” de Kafka). También me regaló el hecho de hacerse de River, y el placer de estar en cada uno de sus eventos artíticos (hizo una tapa para Billiken) y escolares y ni hablar de cada uno de sus cumpleaños.
Nos gusta mucho ir al cine juntos, a comprar ropa (tenemos la misma onda modernosa), a comer a Mc… a charlar de temas esotéricos… donde se pueden escuchar cosas como esta:

Nan: … sí… sabés que yo creí en la reencarnación aún antes de saber qué era…entendés? O sea tenía interiorizado el concepto sin conocer el término..
FEDE: En serio Nan? Vos sabés que a mi me pasó lo mismo…Resulta que... bla.. bla.. bla..

(Esta conversación se dio en un Mc, cuando el apenas tendría unos 6 años y cuando nos dimos cuenta, varias personas de mesas cercanas nos miraban … como diciendo “ella evidentemente está loca y él es un enano!!! Jajajajajja)
Y bueno… lo mismo nos pasaba en los trenes con temas como: los mundo pararelos, el deyavú, Jesucristo, etc, etc…
Espero volver pronto para Baires porque tengo ganas de compartir muchas más cosas con él, con mi hermanito del alma…

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(Acá estamos junto con Agus, su otro hermano)