Mis bichitos
Que soy una bichera perdida no es novedad para los que me conocen. Desde chica he tenido infinidad de animales de todo tipo: perros, gatos, loros, cobayos, peces, tortugas de tierra y de agua etc, etc. En estos días ando con un ataque de bicherismo tremendo porque acá en Uruguay no tengo lugar para tener animales de ningún tipo. Me la paso mirando Animal Planet. El otro día me volví loca con un elefantito bebé; nunca me hubiera imaginado que eran tan juguetones con ese tamaño y tan simpático además: les hacía monadas propias de un perro a las cuidadoras. Después moquee como loca con una mina que crio unos tigres bebés y cuando crecieron tuvo que entregar a alguno de ellos a otras reservas y ella lloraba y yo lagrimeaba. También vi en el noticiero una mona que hacía la limpieza de su jaula y me morí de amor viendo como la monita escurría el trapo de pisos... En fin, extraño a mis bichos que se quedaron en Argentina. De Tenebroso hablo siempre y he posteado varias fotos de él. Es como un hijo para mí y en mi casa ocupa de la condición de "más que humano". Me lo compré hace 6 años en una época de mi vida en que no andaba muy bien, anímicamente digamos, y me di el gusto ya que el bulldog es la raza que más me gusta. Desde ese día vivió conmigo en mi habitación (que destruyó por completo y hoy por hoy es suya... va ya es de él hace años... yo sólo dormía de noche en condición de huesped, digamos). Es absolutamente inteligente e insoportable aunque ahora con los años se ha asentado un poco. Todos los perros son hermosos pero tner un bulldog es una experiencia muy especial por el carácter tan particular que tienen. Concretamente hacen lo que quieren, no son serviles, en eso se parecen a los gatos. Son muy inteligentes y se les pueden eseñar muchas cosas que ellos hacen cuando quieren.... además son muy buenos actores. Tene si no quiere salir afuera se hace el dormido y cuando lo miramos por la ventana sin que nos vea abre los ojos... es un Alfredo Alcon el muy guacho!!!
A Dante me lo encontre hace 8 años en la esquina de mi casa, estaba raquítico, sarnoso y con bronquitis. Fui a mi casa con la excusa de buscar leche para llevarle , pero como no había fui a comprar y cuando pasé y salió a mauyarme lo agarre y me lo llevé al almacen sabiendo ya que me lo llevaba a casa. Mi papá me quiso matar... Lo llevé al veterinario y no sabía por donde empezar, tal era el estado de Dante. Llevo tiempo recuperalo, pero hoy es un gordo hermoso, medio obeso eso si, porque lo castré (sufrí mucho por hacerle eso, pero creo que hoy ya no estaría con nosotros de otra manera). Es absolutamente caprichoso he histérico y el mimado de mi papá. También tengo otro gato que se llama Persián. Unos vecinos míos lo tuvieron un tiempo para que jueguen sus hijos y luego lo tiraron a la calle. Poco a poco se fue metiendo en mi casa y un día se quedó. Se la pasa de joda y viene hecho bolsa. En julio cuando fui le tuvimos que hacer sacar un ojo porque lo trajo colgando. La última vez que fui le faltaba un pedazo de oreja. Espero que cuando vuelva a ir este vivo!!! jajajjajaa!!! Según mi hermana es la oveja negra de la familia pero en realidad todos lo queremos y si le pasa algo salimos corriendo al veterinario.
Lo de Olivia fue muy groso para mí. Una tarde, cuando iba caminado a tomar el colectivo para ir a la biblioteca, vi en la esquina de un terreno en una especie de nido de pasto seco, una carita hermosa que se asomaba de una perra o perro (no lo sabía aún). Me acerqué a acariciarla, era hermosa pero cuando vi el resto casi me morí. Estaba absolutamente raquítica, solo eran los huesos. Más tarde el veterinario me confesó que el nunca había visto algo así. Sólo tenía la columna vertebral y los huesos de la cadera afuera, ulcerados, porque sobre ellos se sentaba. Me puse a llorar ahí mismo. Así llegué a la biblioteca y llamé a mi mamá para pedirle que le diera de comer. Pero no estaba y para cuando la ubique, la perra no estaba más. Esa noche ni dormí pensando en ese animal. A la mañana salí temprano a buscarla... y nada... Pero cuando ya me volvía para casa la encontré. Me saqué la campera y llorando me traje ese montón de huesos a casa. El veterinario me dijo que no sabía si la podía salvar porque, palabras de él, "no tenía sangre". Le puse Olivia por lo flaca. Era una perra de practicamente un año cuando la encontré. Se supone que alguién la tuvo encerrada y no le daba de comer y así la tiró a la calle o se escapó. Llevó casi un año recuperarla. Superó la sarna, la anemía, un problema pulmonar y mil cosas más. Según el veterinario vivió porque ella tenía ganas y fuerzas para vivir. Hoy es la guardiana de mi casa mientras Tene duerme en sus habitaciones reales.
Y por último mis tortugos. Son tres. Hugo, Santiago y Roberto. A Hugo lo encontamos hace 20 años. Iba caminando por la calle. Hace unos 10 años nos regalaron a Santiago. Una vecina lo había traído de Santiago del Estero y lo tenía encerrado en un lavadero. Como tengo un jardín grande me lo regaló. Ahí empezaron los problemas con Hugo. Se agarraban a las piñas, así que los tubimos que separar. Por último llegó Roberto. Me lo regaló Roberto, el verdulero, pero con el nombre de Sofía. Hasta que también se agarró a las piñas con los otros dos y resultó ser otro macho. Mucha gente cree que las tortugas son poco copadas, que no son como un perro digamos, pero no es así. Santiago particularmente, entra a mi casa y se para delante de la heladera para pedir lechuga, además le encanta que lo acaricien.
Estos son mis bichitos y los amo!!!
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