yo... la peor de todas

jueves, agosto 05, 2004

Cosas del cyber

Creo que ya he contado que trabajo y vivo en un cyber y por lo tanto paso el día entero en ese singular espacio. Yo soy internauta hace bastante tiempo, así que puedo entender muchas de las actitudes y las problemáticas de la gente que lo frecuenta.
Hay un poco de todo... y también es cierto que cada cyber tiene un perfil. Por ejemplo, no es lo mismo tener o no tener juegos en red, y por supuesto, quien lo atiende también determina la clientela. Antes que nada, un buen "cyberman" es un confesor; la gente no tiene reparos en requerir su ayuda y mostrar sin ningún pudor su intimidad: mails comprometedores, cámaras indiscretas, fotos íntimas que ni hablar!!!. Y ante todo esto un buen cyberman debe ser un tipo ético. Atender el cyber es casi como trabajar en una peluquería, te enterás de la vida de todo el mundo: cartas a amantes del cyber espacio, sitios de protitución on line donde algunos de nuestros clientes colocan sus fotos, videos porno y más videos porno por todas las máquinas. Es que matener las máquinas(lo cual implica limpiarlas) es como revolver en la basura de alguien: siempre encontras alguna prueba del delito y es así como sin querer vas conociendo la vida de todo el mundo.
La verdad a pesar de ser internauta no tengo mucha cultura de cyber porque siempre he navegado desde la computadora que tenía en mi casa o desde la de mi trabajo. Sin embargo he concurrido a alguno o he visto desde afuera el tipo de gente que los frecuenta, y la verdad que acá en Uruguay me he encontrado con un fenómeno que no recuerdo haber visto en Argentina. Hace un tiempo vino un chico de unos 10 años, su aspecto era muy humilde. Era uno de esos chicos que piden monedas por la calle. Me preguntó cuanto estaba la hora y sacó unas monedas de su bolsillo y me pagó media hora. Quiso jugar a algunos juegos pero no era muy hábil en eso... yo pensé "pobre... tal vez muy pocas oportunidades tuvo acceso a una computadora". Hasta que me llevé la gran sorpresa. En un momento levanté la vista y lo encontré chateando vía MSN. Pensé que estaba usando alguna cuenta que encontró abierta pero no... era su cuenta y tenía como 30 contactos... me llamó la atención el buen manejo que tenía del messenger pero también lo rápido que tipeaba. Al final me puse a leer lo que escribía (muy mal de mi parte... dónde quedó la ética del cyberman?... ehhhhh?) y noté que ni siquiera tenía faltas de ortografía. Al poco tiempo este chico y otros más vinieron y siguieron chateando con sus numerosos contactos o entrando a diversas páginas de deportes o de su interés. Creo que más allá de mi asombro me quedé satisfecha pensando que esos chicos que tal vez nunca tengan acceso a tener una computadora en sus casas, donde estoy segura, con mucha suerte se come, tengan la posibilidad de no quedarse fuera de internet y su mundo... del manejo de una computadora que en algún momento les puede servir para conseguir un trabajo.
Ayyyy y para terminar, el otro día pasó algo muy lindo. Unas señoras nos pidieron que las dejaramos entrar al cyber con una perra tipo ovejera porque se la querían mostrar por cámara web a los que habían sido sus dueños y hoy vivían en España y no se la habían podido llevar porque es muy vieja y no está para esos trotes. Me emocionó mucho ver como la gente del otro lado se emocionaba también al ver a su perra y también el amor con el que las señoras compensaban a la perra por la perdida de sus dueños. Una de ellas me contó que la perra había sufrido mucho esa ausencia pero que ahora "tenía una nueva mamá que la quería mucho también". Me acordé mucho de Tenebroso, de lo mucho que lo extraño y de las ganas que tengo de volver a mimarlo (ya se me llenaron los ojos de lágrimas).
Y bueno... estas son las cosas que pasan en el cyber... muchas cosas maravillosas pasan en él como que mucha gente que está sola pueda sentirse acompañada o conocer al amor de su vida... porqué no? ... En este mismo lugar Osito me conoció a mi una tarde de domingo fría y lluviosa; él estaba solo y aburrido en Montevideo y yo en Buenos Aires...